domingo, 12 de septiembre de 2010

Un largo sueño

Hoy es domingo en la Ciudad de México, y he dormido aproximadamente 12 horas. Y no han sido precisamente por cansancio físico, sino, por un hastío social. Así es, cuando duermo mi subconsciente trabaja a una velocidad impresionante, reflejando hasta la última imagen de lo que mi mente no expone normalmente.

    Para aquellos que esperan unas líneas llenas de críticas y propuestas, bienvenidos.

   Entonces, tenemos que mi mente repasa ideas que escapan de mi consciente. Gracias a la poca o mucha experiencia que tengo en este mundo puedo opinar sobre varios temas, sin la necesidad de tener la razón. Todo lo expuesto aquí se reduce a una opinión personal.

    En medio de un sueño, fétido, dormí durante varias horas al intentar escapar de la multitud. Ciertos problemas inconclusos, me obligan al retiro, por momentos logro mi cometido y regreso recargado de nuevas energías e ideales.

   Así que, según mi mente, tenemos dos tipos de personas:

a) la persona que propone

b) la persona que se prostituye

     En el punto a), encontramos a personas con características especiales como: propositivas, creativas, reales, contra corriente, inconformes, siempre en busca de progreso común; idealistas, pensantes, al tanto de las necesidades propias y comunes, etc.


     La persona que se prostituye se reduce a ser un borrego, el único y principal objetivo de su vida es generar dinero. Materialista y consumista al 100. No cuestiona nada nunca. Aborrece la cultura. Odia el conocimiento y es egoísta.

En mi sueño todo se presenta al azar. De pronto me encuentro en la cima de una escalera, frente a un vacío, y ahí se me revelan ciertas cosas.

   Pensamientos tiranos surgen desde volcanes lanzan lava con una furia de mil dioses. El cielo se mantiene oscuro con estrellas brillando a lo alto; ellas cantan mensajes positivos, todavía existe una esperanza. Al lado de la luna está el sol, ardiendo como siempre, y se vuelve uno con la luna. No hay distinciones, no existe hombre o mujer. Todo es uno.

  Las personas brutas caminan como pingüinos en una aglomeración; se empujan los unos a los otros, se pelean; cojen, lloran. Son un caos. En la cima de una montaña hay un sabio meditando. Sentado en posición de loto, viste un traje amarillo, cabello largo y barba hasta el cuello. El me revela mi destino, el cual es: generar conciencia, crear felicidad, vivir al máximo. No es mi trabajo ser crítico, mi trabajo es proponer.

Despierto.

Eso fue mi sueño.
  

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