Eran las 2 de la tarde de un miércoles en pleno invierno. Estaba sentado a un lado de la ventana de mi departamento ubicado en la colonia Narvarte, fumando un cigarrillo, mientras sonaba Led Zeppelin en el estéreo viejo que mi padre me había regalado, por regalado me refiero a que una vez peleamos a golpes y al enojarme me encargué de romper todo lo que encontraba a mi alcance, excepto su estéreo, tenía un muy buen sonido. Estaba solo, llevaba dos días sin bañarme, por lo que supongo que mi olor no era muy agradable para los que me rodean, pero... hacía dos días que no veía a nadie en persona. La última cara que vi frente a frente fue la de Franco, un amigo que conozco desde la primaria. Un tipo misterioso, siempre usaba gafas oscuras sin importar si era de día o de noche, cabello alborotado y sus dos aretes en la oreja izquierda. Su característica especial era el olor que destilaba su cuerpo, era algo parecido como a "fiesta". No sé si me entiendan, es decir, el tipo olía a cigarro, alcohol y sexo, ¿entienden?. Ese día nos vimos porque le conté mi plan para desintoxicarme. Sí, soy un adicto, qué original, ¿no? y cuando lean cómo fue mi método se darán cuenta de mi poca creatividad y mi afición al cine. Como sea, me encerré en mi departamento sin celular, teléfono, carro, internet, nada que me permitiera comunicarme con el mundo exterior. De comida compré un montón de cosas saludables, ya sabes, verduras, pollo, pescado...etc. Y para entretenerme tenía televisión por cable, los "Trópicos" de Miller y las películas de Alejandro Jodorowsky, ah sí, casi lo olvido tres revistas playboy.... y mi diario.
He de confesar, hermanos, que no ha sido tan malo como lo imaginé. Sólo he tenido dos ataques de ansiedad, una noche de alucinaciones y 4 o 5 vómitos. No es tan grave. Y la verdad me siento bien, creo que es lo que necesito. Seguramente tienen en la mente tres preguntas, queridos hermanos, ¿no es así?. Pues bien, se las contestaré:
¿Quién eres?
Mi nombre es Alejandro, el apellido no les interesa, tengo 23 años, estudio cine y tv. Vivo solo desde los 15 años, debido a que mis padres sólo viven para trabajar nunca he recibido mucha atención afectuosa. Nunca he tenido una Navidad normal, ni una fiesta de cumpleaños placentera. Lo único que recibo en esas fechas son mensajes de texto a mi celular con un hipócrita saludo, una felicitación digna de tarjeta de Sanborns y un regalo costoso en su envoltura de alguna tienda departamental. Pero como sea, no por eso decidí drogarme, ni me convertí en un grinch de las festividades, sino que a raíz de eso, decidí ser una persona amorosa. Sí, cada navidad me reunía con mis amigos, bueno, me reúno... no sé porque hablé en pasado... como sea, cada navidad, cumpleaños, san chingadera... me reúno con mis amigos y trato de hacerlos sonreír y demostrarles mi cariño, después de todos ellos se convirtieron en mi familia. Jamás podrás llamar "papá" a una cara que ves en el monitor de una pantalla, o "mamá" a una voz que escuchas por el teléfono.
¿Porqué escribes?
Tal vez es la pregunta más importante, y creo que a muy pocos escritores se la han preguntado. Escribo para no sentirme solo, porque creo que existe una luz al final del túnel, por necesidad. Porque creo que mi vida tiene un propósito y ese propósito lo puedo transmitir al escribir. Y finalmente porque es lo único que me mantiene cuerdo y aleja mis pensamientos suicidas. Lo sé... soy un cliché sociópata.
¿Porqué decidiste encerrarte en tu apartamento para desintoxicarte?
Esa respuesta es complicada, y a la vez muy sencilla. Verán, en los personal opino que la marigüana es una sustancia que todo mundo debería consumir, hace que la vida sea más placentera. El problema es que es la llave de entrada a un mundo más oscuro y siniestro. Y no trato de hablarte como esas pinches campañas de televisa que aconsejan a los "chavos" a vivir sin drogas y la mamada. Simplemente te digo la verdad. Comencé por fumar marigüana en fiestas, después lo hacía en la escuela y hasta hace dos días lo hacía incluso dentro de la iglesia...de eso no me arrepiento.
