domingo, 23 de mayo de 2010

Nuevo despertar

Perdido, me parece estar perdido y sin embargo camino por donde siempre he caminado, ya no reconozco esta ruta, no quiero seguir por aquí, ya no es mi vía. Necesito escapar de la monotonía de la vida, quiero un respiro, estoy harto de todo y de todos. Adiós mundo.

Me miro en el espejo y ya no reconozco el reflejo, esa cara enojada y sin luz no es la mía. Jamás será la mía. Las personas me observan con odio, puedo sentir el enojo de sus corazones en mi piel, los odio también. Necesito un escape, una salida... corro hacia la montaña.

Camino bajo la oscuridad, bajo la luz de las estrellas, los árboles parecen estar alineados para indicarme el camino a seguir. Los ruidos de la noche invaden mis sentidos, los lobos aullan y los arbustos se mueven escondiendo las más fieras bestias tras sus hojas. Es una noche singular, camino a ninguna parte y no tengo prisa en llegar. No quiero llegar a ningún lugar, me quiero perder.

Decidí caminar solo, porque las persona complican el camino, lo inundan de desviaciones narcisistas y lastiman, me han herido. Es mejor estar solo, es más fácil. No necesito de nadie.

Al adentrarme en el bosque, pierdo la noción tanto del tiempo, como de la orientación. No se quien soy, ni donde estoy, ni que día es, creo que llevo aquí mil días. Este caminar se está volviendo eterno. Pero me niego a regresar a ese mundo enfermo.

Mi mente empieza a revisar mi vida. Miles de ideas inundan mi cabeza. Pienso en mi padre. El ser que dio la semilla para mi nacimiento. Gracias a el tengo vida, pero sólo me dio eso y jamás me procuró. Lo odio. No puedo seguir caminando, mis piernas no responden. Y sigo pensando en mi padre... tengo tantos reproches guardados en mi corazón, que se vuelve imposible seguir caminando. Mis piernas no responden, no importa, de cualquier manera no quiero caminar.

Mi papá ha sido mi creador y destructor, aunque a veces pienso que me ha hecho mucho daño, más del necesario. Fue mi primer traidor, mi primer maestro, fue mi judas. ¿Porqué no ha notado el daño que me ha hecho?. Grito a los aires de desesperación, mis piernas no responden. el tuvo una vida difícil, llena de sumisión y obligaciones precoces, innecesarias para un pequeño niño, como el algún día lo fue. Yo no... creo que mi vida ha sido más privilegiada y en una gran parte ha sido gracias a él. No podría decir que lo odio, porque el odio ya no existe en mi corazón. Pero no lo amo, no es mi padre. Lo niego. Aunque... negarlo sería negar mi vida, mi existencia. Bueno pues, lo reconozco como mi padre, pero el padre que nunca me amó, que jamás se esforzó, es el padre que nunca seré. No quiero ser así, sin embargo... creo que comprendo su existencia y su vida, el también fue víctima, aunque ahora es victimario, tal vez ni siquiera es consciente de sus acciones. Te perdono papá. Te amo.

Me levantó, mis piernas por fin responden. Camino en medio de la oscuridad, no puedo ver más allá de mi nariz, no veo mi rostro, ni mi cuerpo ya no sé quien soy solía tener un nombre, solía tener una mente y una opinión. Pero ahora en la penumbra, toda se ha esfumado. ¿Soy un cuerpo? ¿Soy una mente? ¿Existe Dios? ¿Qué soy?... Estoy cansado de caminar, dormiré.

Caigo en un estado de letargo, donde no puedo sentir mi cuerpo, solo soy mi mente y me siento libre, caigo en un abismo profundo. Tengo miedo, tengo pánico. Grito desesperado ¡Ahhhhhh! ¡¿Qué pasa!? ¡¿Porqué no siento mi cuerpo?!. Ya no puedo más, no puedo seguir luchando, estoy cansado, no tengo fuerzas...ya no peleo más. Todo termina, ya no sufro más, empiezo a comprender. Soy libre. Y en plena libertad pienso en mi madre, tan maravillosa que ha sido, a ella le debo todo lo que soy. Es mi inspiración y el amor más real que he sentido. Con ella m vida se vuelve luz, gracias madre, por todo tu amor y cariño....

Finalmente el letargo termina, abro los ojos y le mundo se muestra diferente, pero todo es momentáneo, me invade una gran oscuridad, estoy de pronto rodeado de nada. Tengo miedo, creo escuchar voces maléficas que susurran en mis oídos, veo monstruos, criaturas infernales, las más horribles bestias me rodean. No puedo escapar, mi cuerpo no responde. Lloro desesperado, acudo a Dios, a quien había tenido olvidado, por estar tan ocupado en mi desprecio, olvide a Dios y ahora acudo a él desde el miedo. Estoy perdido...mi corazón se acelera, mis manos sudan. No veo nada, todo es oscuridad, ¿Dónde está la luz? Los espíritus me tocan y mi piel se altera, no puedo correr. Estoy cansado de sentir miedo, me entrego...moriré, lo sé, peor lo haré con dignidad, porque creo en Dios y en la vida eterna, ya no le temo a la muerte. Soy libre. Llévenme. Gritos desesperados aturden mis oídos, pero pienso en luz, quisiera ser luz. Deseo ser luz. Yo soy la luz que ilumina mi camino. Y todo se llena de luz, la oscuridad desaparece abro los ojos y veo que nunca existieron esas criaturas, todo fue mental. Eran bellos seres los que me rodeaban, estaba ciego.

Ahora veo más claro que nunca, dejo el miedo atrás. Jamás me volverá a paralizar, siento la fuerza divina en mi ser. Abro mi corazón.

Escalo la montaña hasta llegar a la cima, donde brinco de alegría, amo esta sensación de grandeza y libertad. Todo se vuelve resplandeciente, tanto que la luz me ciega por unos instantes y un hombre de blanco me invita a caminar con él. Es un viejo sabio, creo, un ermitaño y me platica de sus experiencias, de su espíritu. Me invita a meditar. Nos sentamos juntos, en posición de loto con los dedos pulgares e índice juntos formando un triángulo. Cuerpo, mente y espíritu se vuelven uno.

El espíritu se apodera de mi cuerpo y me siento feliz, viajo a las más distantes galaxias y ahora comprendo la belleza del universo. Todo es hermoso ante mis ojos, que ciego fui. Despierto de la meditación y quien antes creí que era un viejo sabio, transmuta en mujer, una mujer bella que me invita a convivir con su familia y amigos. Yo me niego, no estoy listo para regresar a andar entre los hombres. Ella insiste y me toma de la mano, no me puedo negar.

Llegamos hasta un palacio hermoso, con jardines que pintan los más exquisitos paisajes que halla visto. Su familia convive, sentados todos en el pasto, riendo y cantando. Me invitan a unirme a su canto, pero me niego, no estoy listo. Ellos me insisten muestran sus palmas y se despojan de sus ropas, mostrándose como son, sin tapujos, sin nada que ocultar. Yo hago lo mismo, desnudo mi cuerpo y con la ropa se van mis heridas, mis recuerdos, mi pasado. Ya no cargo nada en mi espalda, me siento ligero como el aire que respiro. Ahora soy libre, no oculto nada. No soy nadie, sólo soy.

Las mujeres se acercan a mi y me acarician con sus cuerpos incitándome a un estado de placer eterno, amo a cada una de ellas y me rodean con una tela morada, donde no veo nada, no siento anda, pero soy libre. Cierro los ojos, pero el resplandor de una luz me despierta. Es el parto del universo, reconozco la luz, soy un nuevo ser. Soy luz.

Bienvenido al mundo.



Soy vida, soy luz, soy Dios. Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy.

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