jueves, 20 de mayo de 2010

Desarrollo

Camino bajo la oscuridad, bajo la luz de las estrellas, los árboles parecen estar alineados para indicarme el camino a seguir. Los ruidos de la noche invaden mis sentidos, los lobos aullan y los arbustos se mueven escondiendo las más fieras bestias tras sus hojas. Es una noche singular, camino a ninguna parte y no tengo prisa en llegar.

Decidí caminar solo, porque las persona complican el camino, lo inundan de desviaciones narcisistas y lastiman, me han lastimado. Es mejor estar solo, es más fácil.

Al adentrarme en el bosque, comienzo a perder la noción tanto del tiempo, como de la orientación. No se quien soy, ni donde estoy, ni que día es, creo que llevo aquí mil días. Este caminar se está volviendo eterno.

Mi mente empieza a revisar mi vida. Pienso en mi padre. Gracias a el tengo vida, pero sólo me dio eso, la vida, jamás me procuró. No podría decir que lo odio, porque el odio no existe en mi corazón. Pero no lo amo, no es mi padre. Lo niego. Aunque... negarlo sería negar mi vida, mi existencia. Bueno pues, lo reconozco como mi padre, pero el padre que nunca me amó, que jamás se esforzó, es el padre que nunca seré.

Me pierdo en el bosque... ya no sé quien soy. Solía tener un nombre, solía tener una mente y una opinión, pero ahora en mi soledad, todo se ha esfumado. ¿Soy un cuerpo? ¿Soy una mente? ¿Existe Dios?...

Caigo agotado... dormiré un rato.

El sueño es de lo más pesado y dejo de sentir mi cuerpo, solo soy mi mente y me siento libre. caigo en un abismo profundo. Siento miedo, tengo pánico. Grito desesperado. ¡Ahhhh!, ¿qué pasa?, ¿porqué no puedo mover mi cuerpo?. Tengo pánico. Pero... me dejo ir no opongo resistencia, no se que es lo que siento, pero... me entrego. Y de pronto todo sufrimiento cesa y soy libre, libre de nuevo. Abro los ojos en mi sueño y veo colores fantásticos moviéndose hacia mi invitándome a viajar. Vuelo sobre nubes púrpuras y ojos amarillos guiñan ante mi paso.

De pronto la luz se va y me rodea la oscuridad, mi poer pesadilla se vuelve realidad. No veo nada, pero sudo, sudo porque tengo miedo, creo escuchar voces y sonidos terroríficos, voces maléficas susurran en mis oídos, veo monstruos, criaturas infernales... quiero escapar, pero de nuevo no puedo despertar, no puedo mover mi cuerpo. Lloro desesperado grito ¡Dios, sálvame!. ¡Estoy perdido! mi corazón late muy rápido, siento como si quisiera escapar de mi pecho. No veo nada, todo es oscuridad. Fantasmas me tocan y mi piel se altera. No puedo correr. Quiero escapar.

No puedo seguir luchando, me entrego, ya no puedo más. Lloró en el vacío, moriré, lo sé. Esta pesadilla no tiene fin. Gritos aturden mis sentidos, gritos de desesperación, pero empieza a verse una luz, al fondo... quiero ser esa luz. Yo soy la luz que ilumina mi camino. Y todo desaparece, todo e alumbra y jamás existieron fantasmas ni monstruos, eran bellas criaturas, que corrían a mi lado, una vez más mis miedos fueron absurdos...

¿Qué es el miedo? ¿De dónde viene? No lo sé, pero toda mi vida me ha dominado y estoy harto. Ya no más, no siento miedo. No sirve de nada, sólo paraliza mi vida. Ya no más.

Mis ojos se abren y sólo veo luz resplandeciente. Un hombre vestido de blanco me invita a ponerme de pie y me muestra la perfección del mundo. Todo es hermoso ante mis ojos, que ciego fui. Ahora veo con toda claridad la vida que está llena de colores. El hombre me toma de la mano y transmuta en mujer, una mujer hermosa me invita a convivir con su familia, yo me rehuso, no quiero se rechazado, no quiero convivir con gente. Pero ellos me reciben con calurosos abrazos y brillantes sonrisas que me tranquilizan y me invitan a confiar en ellos, me muestran sus palmas y desnudan sus cuerpos. No ocultan nada, yo soy el que oculta, me despojo de mis ropas de mi pasado, de mis heridas... ya no son yo. Ahora soy. Soy un ser libre, ya no escondo nada, ya no soy nada.

Las mujeres me rodean y acarician incitándome a un estado de placer eterno rodean mi cuerpo con ropas negras, siento miedo. De pronto no veo nada, pero no tengo miedo, medito. Yo Soy. Se ve la luz, es el parto. Nazco de nuevo. Soy vida.

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