domingo, 25 de julio de 2010

Más allá de la piel.

...Y justo cuando pensé que todo terminaría, me sentí más vivo que nunca.

Lo último que recuerdo antes de este 'nuevo despertar', fue el dolor intenso de la bala atravesando mi cráneo. Y no, no fue un accidente, ni un asesinato. Fue un frío, trágico y deprimente suicidio, sí, esa es mi historia. Pero nada resulto como pensé, la vida no terminó ahí.

Ahora no me puedo mover, no puedo hablar, ni comunicarme con el mundo real.

D.


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