domingo, 26 de junio de 2011

Intermedio.

Un momento, una fracción de segundo, un instante.
Es todo lo que se necesita para decidir una vida.
¡Qué cruel es el destino! 
Estamos condenados a sufrir durante horas, meses, años, décadas...para que todo cambie en un segundo.

Pero ¡qué va! si a nadie le importa. Todos están ocupados viviendo sus vidas, que olvidan la enorme fragilidad de la existencia.

Días, meses, años. Pasan uno tras otro, como las hormigas.

Sólo un momento y la vida termina, se va, desvanece.

Entonces, te preguntas. ¿qué hice de mi vida?

¿Copiar a los demás?

¿Vivir una vida ajena?

¿Tratar de encajar?

¿Prostituir tu cuerpo, tu corazón, tu cerebro?

¿Ganar dinero?

¿Coger con todo lo que se mueva?

¿Tratar de impresionar a los demás?

Nada importa. Nada de esto importa.

¡Maldigo tu felicidad!

Porque en la miseria se esconde la dicha, tras la nada se encuentra el todo.

No existe la felicidad en la falsedad.

Así que, ve, anda por la vida fingiendo, pretendiendo, mintiendo, cogiendo, matando, robando...

Sólo espero que al final, en ese último instante veas tu vida y te des cuenta de la gran mierda que es.

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