miércoles, 1 de junio de 2011

Asesino

Una corriente fría sube por mi espalda y logra entrar a mi corazón. Es como si todo el brillo del mundo desapareciera y lo único que veo son calles grises, sumidas en tinieblas. Mis ojos lloran desesperados, como buscando un refugio. La respiración se ha convertido en un martirio. Mi cuerpo se siente lejano, fuera de mi. ¿Mi mente? no importa. Jamás ha sido algo que pueda controlar. Me he visto sumido en el más ardiente lamento. Jamás podré perdonarme. Lo que hice no merece disculpas. Ni siquiera importa si me arrepiento o no. Yo soy el culpable. Yo maté a bala fría. Yo...yo...

Quisiera que la razón hiciera entender a mis sentimientos que ya no hay marcha atrás. Sería más sencillo si realmente fuera una persona fría, descabellada. La realidad es otra. Estoy sufriendo. El karma existe, lo sé. No tengo fuerzas para seguir. Me gustaría por un momento escapar y dejarlo todo. Verte de nuevo. Sólo verte. Pero si lo hago mis ojos se derretirán y mi vista quedará nublada por siempre. 

Te di una cuchillada directo al corazón. Pero no te preocupes que yo también morí. De hecho yo sigo desangrándome. Como un ser inmortal, me desangro día a día y no hay nada que pueda hacer. ¡NADA!

Es dulce, la muerte es dulce. Porque sé que merezco todo esto y más. No existe redención. No tengo perdón de nadie. Mi vida se ha convertido en una tortura. Todas las noches, bajo el manto de la luna, aprieto mi almohada y lloro, lloro tu ausencia, lloro tu recuerdo. La comida me es insípida, los olores carecen de color. La luz de mis ojos se ha esfumado, ahora parece que miro fijamente, pero en realidad veo a la nada, porque estoy vacío, porque ahora soy nada. Soy nadie.

¿Cómo pude matarte así, en un ataque de rabia? Así por los bajos instintos que me traicionaron. Recuerdo el momento como mi más grande falla.Tú estás en mi, por siempre. Yo jamás estaré en ti, lo sé. 

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